martes, 1 de julio de 2014

Combarbalá, un viaje más allá...


  


Nunca me imaginé pasarla bien, disfrutar, y sentirme vivo lejos de los lujos de la gran ciudad, de la comodidad de mi habitación o de las facilidades que me da la vida.

El Viaje comenzó un 16 de Mayo muy temprano, a las 7 de la mañana...en realidad comenzó unos días antes, tenia en mi cabeza una serie de dudas de como sería esta experiencia, arreglando todo, desconectado del mundo y salir de mi zona cómoda aunque solo sean por tres días.

Es viernes 16, juntos con mis compañeros a las 8:30 de la mañana revisamos y re empacamos nuestra comida, la idea es dejar todo lo desechable en casa y así evitar un impacto negativo en la ciudad a visitar, Combarbalá.

Arreglo mi mochila, analizo cada detalle, saco de dormir, mi ropa adecuada, utensilios, comida, etc. además me preocupo de que mis compañeras también lleven todo para que la experiencia sea buena para el grupo.

Siendo las 11 de la mañana, estando en  Inacap, mi casa de estudio, nos disponemos a almorzar...nuestra ultima comida "decente"(según yo).

Luego de eso revisamos nuestras cosas, afinamos detalles y nos dirigimos al terminal de buses para partir a eso de las 13:30 hrs. a nuestro destino, la hermosa tierra de Combarbalá.


 
 
 
 
Ya no había vuelta atrás, me había encaminado a algo que para mi era nuevo, no conocía la ciudad a la que iba, jamás había acampado y estaba seguro que extrañaría muchas cosas.



Llegamos a Combarbalá a eso de las 17:20, conocimos la plaza central, algo muy pequeño, pero pintoresco, agradable y tranquilo, nos reunimos y vimos una pequeña exposición, recibimos una pequeña charla de nuestros guías quienes nos enseñaron como armar nuestra mochila de campamento de forma adecuada, descansamos un rato, comimos algo pequeño, bebimos agua y a eso de las 18:40 comenzamos la caminata hasta donde seria nuestro lugar de alojamiento, el observatorio "Cruz del sur".
Charla de nuestros guías.

Con mi amiga y compañera, Valentina subiendo el cerro.
Caminamos una hora y 20 minutos, a oscuras, solo alumbrándonos con nuestra linterna de frente, el camino iba en subida y a esto hay que agregarle que cada uno llevaba una mochila de campamento con más de 40 kilos, fue cansador pero a pesar de todo no me rendí, el cielo se veía maravilloso como nunca lo había visto, las estrellas, la vía láctea, el entorno me hicieron seguir, ahí descubrí que todo
era mental, que mis limites no estaban en el físico, sino más bien en mi cabeza.

Llegamos al lugar a eso de las 20:00 hrs. y nos recibieron de una manera muy agradable, nos dieron a conocer el lugar, con la única comodidad que contábamos era con baños, y con agua, pero esta había que hervirla por que no era potable.

 
Fotos tomadas a nuestra llegada al observatorio.
 Armamos nuestro campamento, vimos cada detalle del terreno, evitamos dañar en la menor cantidad posible el territorio que estábamos pisando, cocinamos, comimos y luego fuimos a dormir.

Siendo las 01:30de la madrugada recién pude descansar, una ves estando en la carpa pude darme cuenta de que ya había aprendido algo, comprendí que el cansancio y mis limites estaban en mi cabeza, que podía caminar con un peso superior al mío y que podía llegar en optimas condiciones, aquello me sirvió para mentalizarme y saber que al otro día deberíamos caminar por más de 6 horas seguidas.

Al día siguiente vimos de mejor forma el terreno en el que estábamos, si bien no era un terreno lleno de plantas y arboles, era un terreno hermoso, el color de la tierra y los cerros, mesclados con las texturas que daban las piedras, hacían de esto algo muy agradable a la vista.

Valentina, mi amiga, despertando

Imagen del terreno en donde hicimos nuestro campamento

Desayunamos y a las 9 íbamos saliendo del campamento para nuestro trekking, llevamos agua (mucha) y nuestra ración de marcha, pues no tendríamos hora de almuerzo para lo cual debíamos comer bien.

Foto tomada antes de partir la caminata.
 
Llegamos a la plaza central a las 10:45 de la mañana, nos dividimos en dos grupos y partimos nuestro trekking, la tarea era subir un cerro, admirar el paisaje, pero a la vez aplicar los 7 principios básicos de no deje rastro, pues queríamos apreciar lo que la madre tierra nos da pero minimizando al máximo el impacto que dejaríamos.

A la hora y media descansamos, comimos algo y seguimos nuestro camino para llegar a la meta.







 
Seguimos nuestro camino, los guías se portaron de manera excelente, pues trataron de transmitir todos sus conocimientos, y logramos admirar la belleza de lo que nos estaba regalando la naturaleza.
 

 


Llegamos a nuestra primera parte, ahí ambos grupos se juntaron y nos volvimos a dividir, unos llegarían hasta la cima del cerro, el resto se devolvería al campamento, sinceramente pensé en devolverme, no podía mas, pero algo en mi decía que yo podía m'as, no se si eran las ganas de seguir superándome o el deseo de admirar aún más la belleza del lugar.

Seguimos nuestro camino para llegar a la cima, admiramos el paisaje, fue un camino difícil pero no se compara con el hecho de aprender a trabajar en equipo y ponerse en el lugar del otro.



 
 
Al llegar a la cima, fue algo maravilloso, la mezcla del sol, el cielo, los cerros, los colores de la tierra, el olor a aire limpio, la sensación de ser algo tan pequeño (nosotros) pero al mismo tiempo de sentirnos tan grandes fue algo que jamás había sentido y me dan ganas de seguir haciéndolo, fue en ese instante en que descubrí que esto, conocer , el turismo era mi pasión.


 



 
Estuvimos largo rato admirando el entorno, sintiéndonos libres y disfrutando, comenzamos el descenso y a eso de las 19:10 estábamos de vuelta en el observatorio, nos sentíamos cansados pero con ganas de seguir aprendiendo y conociendo, a las 21:10 tuvimos una reunión con el curso, luego a las 22:00 tuvimos nuestra charla con la gente del observatorio, fueron super amables, muy atentos y estaban dispuestos a enseñarnos y a entregarnos todos sus conocimientos.
 

 
Al terminar la charla ordenamos el campamento, nuestras carpas nos organizamos para el día siguiente y nos fuimos a dormir.
 
Al día siguiente después de desayunar, a las 09:45 tuvimos una charla con nuestro profesor, nos enseño nuestro equipamiento básico de salida, comida , ropa, etc.
 
Luego nosotros, sus alumnos debíamos enseñar algo que supiéramos hacer al resto del curso, algunos ejercicios de elongación , otros como atender a público y mi grupo como enseñar a hacer ropa.
 

 
 
 
Al terminar, nos dispusimos a hacer el almuerzo, luego desarmamos el campamento, revisamos todo y a eso de las 16:45 tomamos el bus de vuelta a La Serena.
 
 
Bueno, para finalizar creo que cognitivamente pusimos en práctica lo que se nos había enseñado en clases, pero por sobre todo descubrimos una nueva ciudad (por lo menos para mi) para visitar, tiene un encanto natural, es muy tranquilo, muy bello, el cielo y las estrellas se ven maravillosas y esas son las experiencias que valen la pena vivir, dejar la zona cómoda e ir un poco más allá, descubriremos que  hay cosas más lindas de las que estamos acostumbrados a ver.
 

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